Que te cueste meditar cuando intentas reducir la ansiedad o el estrés es muy normal porque tanto la ansiedad como el estrés se expresan a través del movimiento físico. Por ejemplo, temblor de piernas, gestos rápidos con las manos, respiración agitada… ¿Qué ocurre cuando tratas de frenarlos? La agitación interna aumenta. Por esto toma sentido practicar la meditación en movimiento en estos momentos.
Te lo explico mejor.
Muchas personas creen que meditar no es para ellas porque “no consiguen frenar la cabeza”. Hay parte de razón en el comentario por lo que explicaba arriba, y es que cuando sufres de ansiedad o estrés, pararlo todo para “sentir” el cuerpo o la respiración puede llegar a ser muy desafiante. Y lo más normal es que llegue a provocar un efecto contrario al que estás buscando en las primeras sesiones. Es decir, más agitación corporal e intranquilidad mental.
Esto es fácil de comprender con un ejemplo:
¿Cómo se para un fórmula uno después de correr a más de 300 km/h? ✔ Gradualmente para no dañar el motor.
Para quien sufre de estrés y ansiedad y quiere meditar, ocurre lo mismo.
En contra de toda esta experiencia inicial te recomiendo que no abandones, el camino de la meditación es el más eficaz, auténtico y sano para devolverte la tranquilidad sin depender de medicación o terapias para siempre.
Lo que sí es importante es que te inicies de forma más gradual, y la recomendación que yo te hago es que comiences meditando en movimiento.
Y además de basarme en mi propia experiencia personal, lo hago también como profesional, ya que recibo decenas de alumnos que acuden a mis clases de reducción del estrés y ansiedad que han “fracasado” en sus intentos de meditación o prácticas de mindfulness, pero cuando han empezado a meditar en movimiento el camino ha sido mucho más fácil.
Pero, ¿qué es la meditación en movimiento?
La meditación en movimiento consiste en centrar la mente en el cuerpo para sentir las sensaciones corporales que emanan de cada gesto. Hacer esto te permite centrarte en el ahora porque mientras se realiza este ejercicio no hay momento para el análisis mental, el juicio o crítica de las cosas. Tampoco para revolver en los problemas o preocupaciones, que es lo que aviva la llama del estrés diario y ansiedad.
Meditar en movimiento te permite graduar la forma de acercarte a la meditación por primera vez. No requiere que frenes de golpe para conectar con tu cuerpo y con tu mente y, por tanto, tampoco supone un desafío para tu estado de agitación.
Al meditar en movimiento reduces tu ritmo poco a poco, incluso hasta detenerlo si esa es la experiencia que quieres vivir.
Como resulta mucho más fácil de poner en práctica, puedes sentir sus efectos relajantes desde la primera práctica, y obtener los mismos beneficios que ofrece la meditación estática, o incluso algunos más, porque tu cuerpo se vuelve más flexible, tu columna se alarga y alinea, se crea mayor armonía en la postura y los movimientos resultan más fluidos.Incluso se percibe mayor elegancia al caminar.
Y, para mí, lo más importante, lograrás hacerlo sin esfuerzo, sin pasar malos momentos y respetando tu propio ritmo.
Cuando ya lleves un tiempo meditando en movimiento, notarás cómo puedes pararte a atender tu respiración o realizar un escaneo corporal sin moverte, como se hace en las prácticas de mindfulness.
La vida es movimiento y meditar en movimiento te enseña a conectar con una vida feliz y en paz, porque te permite incorporar cada experiencia de la colchoneta en la vida cotidiana, que es donde ocurren las cosas y desafíos de verdad.
Te explico cómo meditar en movimiento
Para meditar en movimiento en una etapa de estrés o ansiedad debes comenzar realizando movimientos:
- Acostado/a en una colchoneta
- Que sean fáciles de seguir (que no te genere “presión de hacerlos bien”)
- Que implique varias zonas corporales
- Con una velocidad de movimiento lenta, pero que te haga sentir bien.
Una recomendación que hago a mis alumnos es que se muevan un punto o dos por debajo de cómo lo hacen en su vida cotidiana. Poco a poco y con la práctica frecuente, el ritmo irá decayendo de forma natural hasta que puedas ir tan despacio como un caracol.
E Incluso disfrutar de estar parada/o.
⭐ Un consejo: Empieza dedicando 10 minutos seguidos.
Si te sienta bien (si no te agita) y puedes estar cómodamente prestando atención al movimiento, aumenta cada día minutos. Pero siempre de forma gradual.
Una vez que empieces, presta atención a cómo te mueves, cómo reacciona tu cuerpo entero, qué hace o dice tu mente, qué emociones surgen para enfocarte en la realidad del momento.
Sentir y reconocer todo esto es posible moviéndote de una forma muy concreta y fácil para que tu mente logre conectar con interés, curiosidad y amabilidad con las pequeñas cosas que surgen de cada movimiento.
Para eso debes de tener siempre presente en tus movimientos los siguientes principios:
- Ve lento y suave
- Haz movimientos pequeños
- Muévete sin forzar, empleando la fuerza justa
- Respeta tus límites
- Haz pausas
- Disfruta con los movimientos
- Siéntete con seguridad de lo que haces
- Sigue tus sensaciones y tu propio ritmo
- Presta atención a cómo te mueves, atendiendo a los detalles y pequeñas diferencias
O lo que es lo mismo: muévete consciente de tu cuerpo, mente y emociones. Abraza, ama y confía en todo lo que sientes. Es la clave para llegar a alcanzar tus deseos de paz y tranquilidad para tu vida.
¿Cuándo realizar meditaciones en movimiento?
Priorizar tu tiempo de meditación en movimiento diaria es muy importante. Tanto, que es un tema que enseño específicamente a mis alumnos al comienzo del curso individualizado de 8 semanas.
Aunque la realidad es que cualquier momento del día es bueno para hacer una meditación en movimiento, es necesario tener en cuenta que para salir del estado de estrés diario y ansiedad se requiere de una práctica constante. Y que cuanto más frecuente sea, mejor.
Dicho esto, la segunda recomendación que te hago es que planifiques con tiempo tus momentos de práctica. Si no lo haces así, será muy probable que “el día se te eche encima” y no encuentres un momento para hacerlo.
Es verdad que en un estado de estrés y ansiedad la sensación es de falta de tiempo, por eso siempre recomiendo incluir una meditación en movimiento antes de ir a la cama. Además de que la práctica regular te ayudará a dormir mejor, tu despertar será más calmado.
Por eso también es perfecto hacer una meditación en movimiento al levantarte. Necesitarás levantarte unos minutos antes y, aunque a día de hoy puede parecer complicado por el cansancio acumulado, si consigues hacer la meditación en movimiento de la noche, dormirás mejor y te resultará más fácil.
La meditación en movimiento de la mañana te ayudará a comenzar el día a otro ritmo, lo agradecerás.
Y cuando vayas pudiendo organizarte, seguro que acabas encontrando también un momento a mitad del día. Esta práctica te ayudará a frenar la inercia diaria y evitar que el estrés o ansiedad vayan a más y se vuelven ingobernables.
Con todo esto, y como sé que el primer paso es uno de los más complicados, te invito a realizar una mini clase grabada de 10 minutos.
Realízala varias veces. Verás que en cada práctica encontrarás nuevos matices, y un pequeño momento de tranquilidad.
En mi canal de Youtube y blog puedes encontrar más, y un poco más largas, pero como te decía, la mejor opción es crear una rutina y lograr una progresión. Y eso puedes encontrarlo en mi Club de Entrenamiento Somático.
Feliz día. 🤗
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